Llevo días reflexionando, me siento perdida y de repente, dentro mis propias palabras me encuentro. Dentro de mi propia voz veo rasgos de lo que fui y de lo que soy, tal vez de lo que seré. Me estoy escuchando. Llevo meses cuestionándome, buscando respuestas a todas mis preguntas.
Algo tengo por seguro, no soy la misma persona de ayer, pero a veces tampoco se quien soy, y no saber en lo que me convertiré o cual será mi próximo paso me llena de una ansiedad que busca convertirse en miedo que trae pánico.
Estoy en estado de transformación, en un ciclo metamórfico. Emocionalmente hace casi ya un año he sufrido muchos cambios, muchos de ellos positivos, que me han llevado a trascender a un ámbito más espiritual y otros negativos que me han llevado a querer evolucionar cada día más. Ya basta de hacerme y hacer daño.
Siento que estoy detrás algo que aún desconozco, pero que pide ser encontrado dentro mi. Que me dice que vive en mi, pero busca ser reclamado. Quiero acercarme más a ese ser que creo superior a mi y me provee de fuerza.
Duele, romperse trae dolor doblarse, desligarse, soltar. Cuantas lagrimas he derramado pasando por ese fuego que me moldea.
Todo ha sido un proceso, hasta mis palabras han ido cambiando, he notado que mis versos son más cortos, pero dicen más. En ocasiones expresando dolor, buscando limpiarme y pulgar hasta lo más profundo de mi origen a través de mis escritos. Expulsando eso que ya no cabe en mi, eso que superé y sigue caminando conmigo. Limpiando mis plantas de raíz.
Estoy más sola que antes, y me encanta, hablo menos, escucho más. El silencio me seduce, me llena de paz y calma, y me hace sentir bien. Mi círculo ya no es el mismo, escudriño precavidamente a quien dejo acercarse. No estoy siempre disponible para los demás, pues me debo a mi, a mi arte, a mi propósito, y para poder dar lo mejor tengo que continuar sanando. Debo seguir conociéndome, perdonando, perdonándome, y aceptando. Alejando de mi lo que no está en mi frecuencia. He perdido mucho, diría que la mitad de lo que tenia y lo que me acompañaba por un largo tiempo de mi corta vida. Sopló un viento fuerte y sólo el tronco sobrevivió, aunque quedó un poco afectado, pero aún sigue siendo fuerte.
Voy más ligera, en este recorrido también he ido soltando todo el equipaje innecesario que llevo por dentro. Haciendo espacio, pues en el mundo que vivimos hay muchas distracciones y suelo querer llevar todo conmigo aunque no h
aya espacio. Ya no más hacer las cosas por que si, hablar por que si, participar por que si. Me lo he prometido y debo cumplirme.
Me he ido despojando en nombre de la felicidad absoluta que reclama mi ser. Se qué hay más de lo que se ve. Estoy en una guerra constante por defender mis ideales y mi libertad, en un entorno que califica como débil al sensible, como tonto al tímido y sin voz al que prefiere no opinar. No tengo la necesidad de explicarme a nadie. Se qué hay más de lo que mis ojos carnales son capaces de ver.
Estoy en una búsqueda constate, indagando más allá, nadando a profundidad. Desafiando mis propios pensamientos y las leyes ya establecidas. Me rehuso a conformarme. Mi existencia no solo puede ser una huella más de carbon desgastando el planeta. Dentro de mi hay un ser que pide ser liberado.
Agosto 30.19
3:02 am
Mientras escuchaba “Caracoles” de Cultura Profética
Comments